La Habana, Cuba, 1959. La revolución está a punto de estallar en la isla. Robert Dapes, un cínico mercenario inglés, llega al país a petición del general Bello, uno de los miembros más corruptos del gobierno de Batista. Pero una vez allí, Dapes no puede permanecer impasible ante la brutalidad y la depravación del régimen.
Ante la imposibilidad de rodar la película en Cuba, los productores de esta película ambientada en los momentos previos a la revolución castrista recurrieron a Andalucía para esta filmación que tenía a Sean Connery como gran atractivo. En Málaga se desarrolló toda la escena final de la película con el enfrentamiento entre las tropas rebeldes y el ejército de Batista. La zona elegida fue La Térmica y la desembocadura del Guadalhorce que, a finales de los 70, se encontraba a las afueras de la capital y eran plantaciones de caña de azúcar, un cultivo que también caracterizaba la decoración de los campos cubanos. Tanques, tanquetas, convoys, asaltos de trenes, explosiones y hasta un avión a punto de estrellarse intervinieron en esta escena en la que se pueden observar los ya desaparecidos depósitos circulares de La Térmica, parte del edificio de viviendas de Sacaba Beach y la cercana Playa de la Misericordia. Un paisaje cubano muy mediterráneo.