Cuando una persona muere, su alma permanece dentro de todos aquellos en que ha dejado huella: los que lo quisieron y los que no. Cuando un artista muere, su alma permanece también en su legado artístico. George Campbell, uno de los mayores artistas irlandeses del siglo XX, dejó su legado humano y artístico en lo que fueron sus dos patrias: Irlanda y Andalucía. Después de casi tres décadas ese legado continúa vivo. Solo hay que buscarlo.