Al llegar a Málaga a finales de enero de 1937, la joven fotógrafa noruega Gerda Grepp queda impactada. El ideal revolucionario por el que salió de Oslo y dejó después Madrid se transforma en angustia al ver condenadas la ciudad y la revolución. Grepp acompaña al escritor húngaro Arthur Koestler , cuyo olfato para una buena historia le conduce a la primera capital republicana que puede caer desde que el golpe militar se convirtió en guerra civil. Koestler es también agente del Komitern con la misión de informar sobre los efectivos italianos que Franco pretende estrenar en Málaga. Mussolini busca una hazaña militar para lucirse.