El sueño de El Lute es vivir como los payos, un deseo tan fuerte que hace que nada puede detenerlo. El reencuentro con su familia, tras escapar del penal del Puerto de Santa María, es el comienzo de una continua huida.
El cineasta Vicente Aranda y el actor Imanol Uribe se volvieron a unir para continuar la saga de El Lute, un pequeño delincuente que, en la época del dictador Franco, fue elevado a la categoría de enemigo público número 1 por el régimen. Esta secuela, una de las cumbres del denominado ‘cine quinqui’, rodó escenas en Málaga, concretamente en el barrio malagueño de Mangas Verdes en Ciudad Jardín donde El Lute se escondió junto a su familia después de escapar de una cárcel gaditana. En las verdaderas calles empinadas de esta barriada en la que ocurrieron los hechos se rodó la escena del tiroteo, una de las principales de la película y que sirvió además para ilustrar el cartel oficial del filme que llegó a competir en el Festival Internacional de Cine de Cannes. La secuencia evidencia la leyenda que perseguía al delincuente ya que la numerosa policía abre fuego sin mediar palabra y escapa despavorida cuando el personaje empuña su arma. Cerca del lugar de rodaje se encuentra también el acueducto de San Telmo, una de las obras de ingeniería hidráulica más importantes del siglo XVIII en España.