El cineasta Carol Reed (El tercer hombre) recaló en Málaga en 1963 para rodar una película que mostraba la Costa del Sol como el paraiso al que escapar con el botín si eras un estafador. La actriz Lee Remick, de rubia platino, formaba un triángulo fatal en este ‘thriller’ con Alan Bates y Laurence Harvey, quien encarnaba a un delincuente que intenta comenzar una nueva vida en España con el dinero cobrado al seguro por su supuesta muerte. Plaza de la Constitución: lugar donde Remick y Harvey compartían despreocupadamente un café hasta que eran sorprendidos por el inesperado Bates que encarnaba al investigador del seguro que ponía en peligro la estafa que la pareja había llevado a cabo. En los fotogramas se puede apreciar el cambio que ha registrado este escenario que, entonces era transitable para vehículos, y hoy día es solo peatonal. Además, se puede ver como entonces la fuente estaba situada en el centro de la plaza, pero actualmente está desplazada a un lado. En las imágenes de Lee Remick sentada en el café también se puede leer a sus espaldas el letrero de la Farmacia Utrera, que hoy día continúa abierta y despachando medicinas a los clientes. El cineasta Carol Reed contrató además para la película a una Panda de Verdiales para ambientar la escena de una fiesta. El precio de la muerte contaba con formidables títulos de crédito que anticipan el estilo que impondría poco después la saga Bond.